miércoles, 14 de enero de 2009

Los 'Petroaudios' y sus implicados



Las consecuencias que ha traído la difusión de los 'petroaudios' son grandes. No solo grandes sino importantes. Primero con la publicación de la transcripción de los audios que implicaban al ex primer ministro Jorge del Castillo y que provocó la inminente caída de todo el Gabinete Ministerial. Segundo la formación de una comisión en el Congreso que al entrevistar a Rómulo León luego de su captura sus integrantes quedaron peor que el circo de Barnie en sus temporadas menos misias.


Ahora bien, este año no solo comenzó con el anuncio de incremento de sueldo de los ministros - vaya escena caricaturesca la de García brindando por las 48 horas de aumento - sino con la información de la fiscal de la Nación, Gladys Echaíz, sobre la captura de los presuntos 'chuponeadores'. En este caso lo más escandaloso del hecho fue que entre los implicados se encontaran oficiales y ex oficiales de la Marina como es el caso de Elías Ponce Feijoo. La explicación está en que los miembros del ejército y las FF. AA son los más conocedores de material de interceptación telefónica y por ello, sorprende aun más la actitud del ministro de Defensa, Antero Flores (tránsfuga de nacimiento), de defender con gran vehemencia a las instituciones castrenses y obviamente a sus integrantes como a Luis Giampietri que se encuentra implicado en este caso por ser un amigo cercano del ya famoso Ponce Feijoo. ¿Nos trae recuerdos que las interceptaciones telefónicas vengan desde las más altas esferas del Gobierno? Sí. El hoy procesado vaya que dejó enseñanzas a sus pupilos. Tengamos cuidado, el presidente de la República, aunque ha llamado 'malditos chuponeadores' a los capturados, no se ha pronunciado claramente al respecto y eso puede ser un indicativo de que, tal vez, no le interesa perjudicar a su entorno.
Regresando al segundo punto. Después de su primer espectáculo en el Penal para Reos Primarios, ex San Jorge, los integrantes de la comisión del Parlamento presidida por Daniel Abugatás hicieron su segundo ridículo: La presentación del informe final. No solo la declinación de Carlos Raffo en el último momento fue lo que sorprendió en ese grupo de trabajo, sino la incapacidad de sus miembros de poder llegar a un acuerdo o a un concenso en que pudiran demostrar cuán profesionales podían ser al asumir una investigación. ¿A quién han querido favorecer? Porque está clarísimo que lo que no han querido - la mayoría de sus miembros (Raffo, Yamashiro y Guevara) - es perjudicar a los ex ministros.
Exagerado o no, ese informe debió haber sido uno solo, mas no una lista de presentaciones incompletas, contradictorias y poco contundentes en sus argumetos como lo fueron las que presentaron los ya desprestigiados congresitas integrantes de la fenecida comisión.

Catia Gutiérrez Guerrero.

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