Al fiel estilo del ritmo del chino. No cabe duda que la primogénita del ex mandatario a aprendido muchos de las moviditas de su padre. Comencemos. Tras el escándalo que originó la investigación del diario Correo sobre los ingresos de Nadine, algunos representantes políticos (sobre todo del nacionalismo) exigieron realizar una investigación sobre los ingresos de los candidatos que aspiran llegar al sillón presidencial. Cuarto Poder, les tomó la palabra y sacó a la luz cómo financiaron sus estudios los hermanos Fujimori. La más implicada en todo esto es, indiscutiblemente, Keiko. ¿Por qué? Porque aspira ser presidenta del Perú.
Aunque ella niegue los cargos y considere una venganza política la denuncia, lo cierto es que hubo millones de soles de por medio que financiaron sus viajes de -idas y retornos- a Estados Unidos. Por eso, también, resulta poco creíble que la congresista argumente prestamos y venta de terrenos para pagar su carrera cuando el informe de la Contraloría asegura que -por lo menos la venta de un terreno- se realizó un año después de que comenzaran a estudiar.
No es creíble, además, que con un sueldo de profesor y rector de una universidad, una familia numerosa y una campaña presidencial encima, Alberto Fujimori haya tenido ahorros equivalentes a 400 mil dólares con los cuales -dice Keiko- se pagaron los estudios de ella y sus hermanos.
Finalmente, resulta increíble que a pesar del grado de corrupción que hubo en la década del noventa -sin contar con las violaciones de derechos humanos y otros delitos por los cuales ya hay múltiples procesos abiertos- las 'mayorías', como lo dicen las encuestas, estén en un alto grado de obnubilación ante una señora que lo único que ha hecho en su vida política ha sido defender a su padre. Si hay que rescatarle que combatió el terrorismo, entonces gracias, pero Sendero Luminoso ya no existe y por lo tanto los Fujimori ya no le son útiles al país.
Catia Gutiérrez Guerrero
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